Un año atrás, en su lugar de trabajo, Cristina se enteró de la difusión de un video íntimo suyo en los grupos de whatsapp del barrio. Ella, inundada de emociones, intentó impedir la difusión, pero no logró ningún resultado. Allí empezó su pesadilla.
La defensora pública Exa Gaona tomó intervención del caso. Para interiorizare de la situación conversó con Cristina, quien declaró que fueron tres hombres quienes hicieron virales, un video y fotografías íntimas suyas, sin su consentimiento.
La defensora promovió medidas de protección tales como la eliminación del material audiovisual y la prohibición de difusión de cualquier de contenido íntimo por medios telemáticos que afecten a su asistida. Solicitó, además, la remisión de las copias autenticadas del expediente a la Unidad Fiscal y el cobro de una suma en guaraníes, como resarcimiento del daño.
Todas las medidas solicitadas fueron concedidas a favor de Cristina y se ordenó a los hombres, el pago de una suma de dinero en guaraníes -en una cuenta habilitada judicialmente- como resarcimiento del daño económico causado por el coste del tratamiento psicológico.